UNA PEQUEÑA APORTACIÓN DESDE MI HUMILDE EXPERIENCIA, SOBRE COMO SE PUEDEN INTENTAR SOLUCIONAR LOS PEQUEÑOS PROBLEMAS DIARIOS QUE SE PRODUCEN EN LAS ESCUELAS.
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lunes, 28 de septiembre de 2015

LA POBREZA, LA CULTURA Y EL COMEDOR



Leo hoy en el periódico que el 21% de los niños sufren pobreza que lastra su educación. Creo que no hace falta hacer un estudio sociológico para llegar a esta conclusión, pero no está de más tener datos obtenidos científicamente, para que si a alguien se le ocurriese negar esta premisa, se le pueda argumentar, sin basarnos en subjetivismos, por evidentes que estos parezcan.

La pobreza y la marginalidad llevan acarreadas un bajo nivel cultural, cuando alguien está pendiente de dar de comer a sus hijos, y esa preocupación se convierte en un leitmotiv, no hay espacio en los pensamientos paternos para el desarrollo escolar, o al menos ese espacio se reduce de forma considerable,  es natural. Luego el desarrollo escolar de los alumnos viene condicionado por esta realidad, y desde los servicios sociales de la comunidad se tienen que buscar estrategias para mejorar la situación en lo posible, y que esto se refleje en el desarrollo escolar.
Sin embargo, se está entendiendo la situación en sentido inverso. Si desde las escuelas debemos preocuparnos por la alimentación de los niños/as, y que nadie entienda que no es un tema importante y que me quiero desentender, y no tanto del proceso educativo de estos niños en riesgo de exclusión, algo está mal planteado.
Se intenta corregir el problema alimenticio de los menores desde el departamento de educación, y se destinan gran cantidad de recursos a las becas de comedor. No es la mejor estrategia a mi entender, se está malgastando una gran cantidad de dinero en algo que tendría que ser gestionado desde otro departamento, hay que ayudar a las familias allí donde no pueden llegar, pero dejándoles las responsabilidades que sí que pueden asumir. La  parte del importe de una jornada de comedor que se dedica a la adquisición de alimentos es mínima, derivándose la mayor a  la confección del menú y al cuidado de los niños/as en el periodo de uso del servicio. Si una familia no tiene medios económicos para poder alimentar a sus hijos, y estos son beneficiarios de una beca, podemos presuponer que los progenitores están en paro, luego pueden hacerse cargo de la guarda de sus hijos/as, y de la confección del menú. Estamos pagando por un servicio que pueden asumir las familias. Soluciones se me ocurren muchas. Pero así la primera, podría ser que fuesen servicios sociales los que gestionasen vales de alimentos para estas familias con niños en riesgo de exclusión, ventajas muchas. La primera,  que saldría mucho más barato. La segunda es que se acaba el problema de los periodos vacacionales, que nunca están bien gestionados y que son propicios para el tira y afloja político, sin haber bajado a la realidad. La tercera es que no quitas responsabilidad familiar, las familias pueden no tener recursos económicos, pero no por eso dejan de tener la responsabilidad sobre sus hijos/as, a veces se olvidan de este detalle. La cuarta, en los colegios podríamos dedicar mucho más tiempo a las necesidades escolares, que también tiene su problemática económica, pero en lo referente a lo educativo no a la supervivencia.
Cuando hace dos veranos surgió la problemática de las becas de comedor en verano, la junta de distrito del barrio, ya había tomado cartas en el asunto y habilitó un comedor en el centro social, donde lo que se hacía era dar de comer y luego volvía con las familias.  Posteriormente Educación abrió el comedor del colegio. Pues bien, mientras que el centro cívico funcionó a las mil maravillas, con menús mucho mejores, apenas el 20% de los alumnos becados acudió al comedor del colegio, con el consiguiente derroche económico.
Muchas veces, cuando escuchamos que los menores pasan hambre, la sensibilidad nos ciega la posterior reflexión. Por supuesto que debemos atajar el problema de la mejor forma posible, pero a mi entender, esta forma, no es el comedor escolar, por mucho que sea la solución paradigmática. Los paradigmas deben ser revisados frecuentemente, para romperlos si es necesario.
La mejor solución es la que saca más rentabilidad a los presupuestos públicos, y en este caso las becas de comedor escolar se alejan mucho de esta premisa.

jueves, 24 de septiembre de 2015

HURACAN EVALUATORIO. EVALUACIÓN COMPETENCIAL

Ayer se publicó una resolución provisional sobre la evaluación en los centros de E. Primaria de la Comunidad de Aragón. se trata de un movimiento pendular; hemos pasado de tener que evaluar más de cien estándares por materia, a poner solamente una nota de área, especificando si hay medidas adicionales, bueno o eso es lo que la mayoría del mundo docente quiere leer.
Lo cierto es,  que la disposición transitoria sexta, era una barbaridad que se hacía cuesta arriba, por mucho interés que se tuviese en realizarla según los parámetros del equipo de gobierno anterior. Pero también es verdad, que dejando los estándares a un lado, el desarrollar una nota competencial, que debía ir en el boletín, mejoraba, y mucho, la objetividad de la calificación, puesto que no viene marcada por la decisión de un solo docente, sino por la de todo el equipo didáctico.
Nosotros así lo realizamos en la última evaluación del curso pasado. No lo hicimos tan solo en los cursos en los que se implantó la LOMCE. Al final de la etapa, en sexto curso, también había que calificar las competencias, y siguiendo el mismo método que habíamos diseñado, nos resultó mucho más sencillo de lo que puede parecer en un principio.
Las sesiones de evaluación en la mayoría de los centros educativos, se convierten en una mero exposición de las notas de área, cantándolas por parte de los docentes y siendo recogidas por los tutores/as. A nuestro entender esto no sirve para nada, las sesiones se tienen que dedicar a comentar las medidas a adoptar con los alumnos/as que las necesitan, y las medidas han de tomarse por todos los docentes que forman el equipo didáctico, y por supuesto en todas las áreas del currículo. Son medidas que se toman para mejorar la adquisición de las competencias, y por tanto, corresponden a todos/as, nadie puede desmarcarse de las mismas, y el trabajo en común es imprescindible. Por eso mismo el trabajo debe valorarse entre todos/as, no vale la individualización en los registros competenciales.
Ahondando más en el tema, los criterios de promoción, están marcados desde la nota competencial;  si no se registra la misma, tenemos un gran problema para tomar las decisiones sobre el paso de curso, decisión importante dentro de la vida escolar de los alumnos/as. Pero si esta decisión es importante para los niños/as creo que es imprescindible, comunicárselas a los padres. Por esta razón, si alguna calificación debe darse a conocer a las familias, esta debería ser la competencial, siguiendo el modelo europeo, y no la de área, que no deja de ser más que la apreciación de un solo docente sobre el proceso de aprendizaje, y que tiene reminiscincias medievales.
Es cierto que volver al estilo de calificación anterior, resuelve la angustia de muchos docentes, que ante el miedo a lo nuevo, y a tener que reciclar su sistema de calificación, y muchas veces de sus métodos docentes, pueden volver a la labor realizada durante toda su vida profesional, sin plantearse ningún cambio. No sería nada malo, si hubiese detrás una reflexión  continua sobre la eficacia del método empleado, pero la mayoría de las veces, la única motivación para no buscar un cambio, es el famoso "siempre se ha hecho así" que se ha convertido en un paradigma. Eso es un paso atrás, que  no incentiva precisamente la mejora profesional.
Por otro lado, está la sensación dentro del magisterio, de que no pasa nada por no cumplir las normativas nuevas que se plantean, de todas formas, no se llevarán nunca a cabo. Por eso, a pesar de una gran cantidad de leyes educativas, promulgadas durante el periodo democrático, muchos maestros/as, y profesores de secundaria, siguen anclados en la ley del año setenta. En una conversación entre amigos, me comentaban, que un docente de instituto en una reunión de evaluación, solo podía basarse en la nota de un examen, puesto que solo calificaba  a través una única prueba escrita, y lo malo es que no se planteaba, ninguna otra posibilidad. Por eso si se mantiene la calificación por competencias, esas actitudes deberán variar, hay que pensar que algo bueno tenía la normativa de evaluación.
Evaluar sobre todos los estándares era una barbaridad, era una locura, y más aún con la premura que se quiso implantar, pero volver a calificar, con las áreas tan solo, como base, es un error. Existe el término medio, no podemos olvidar que la calificación por competencias es normativa europea, y que aunque muchos docentes no lo supiesen, estaba implantada antes de la LOMCE; lo que pasaba es que se hacía de una forma chapucera, y sin control por parte de la administración. Se trataba tan solo de cumplir el expediente
Por lo tanto, mi apuesta es por la calificación competencial. Mejora la capacidad de trabajo en equipo por parte de los docentes, es mucho más real, como reflejo de las capacidades de los alumnos/as, e implica una reflexión sobre los métodos didácticos. No tiremos todo el trabajo a la basura, y aprovechemos la parte válida.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Ponga un Gasol en su vida.

No voy a ocultar la pasión por el deporte de mi vida, deporte al que le debo muchas cosas, y que me apasiona. Ese deporte es el BALONCESTO. Gracias a él he forjado mi carácter, he mejorado como persona, incluso mi presente laboral, tiene que ver con mi dedicación deportiva.
Es el deporte que está de moda en el día de hoy, España es campeona de Europa, por tercera vez en ocho años, y Pau Gasol ha sido nombrado con treinta y cinco años, jugador más valioso del torneo.
Puede que parezca fácil usar la figura de Gasol como referente, más aún,después de haber logrado todo lo que ha conseguido, dos anillos de la NBA, varios All Stars, y multitud de medallas en campeonatos con la selección.
Pero es que además, no pierde nunca la oportunidad, de mostrar su lado más humano, su saber estar ante la vida, cuando lo más normal, es que con toda la fama que le dan los medios, tuviese de vez en cuando una salida de tono, una palabra más alta que la otra, y sin embargo, nunca reacciona de forma inadecuada. Es más, ya no es que sepa mantener la formas en todo momento, es que, sabedor del calado que tiene todo lo que dice, sobre todo entre la población más joven, siempre intenta dar un sentido educativo a todas sus manifestaciones.
Es embajador de Unicef, de forma muy activa, con varios proyectos, en los que participa, no solo económicamente a través de su fundación, sino desplazándose a lugares en conflicto para aportar su imagen, a campañas concretas.
Pues con todo eso, me parece más importante, que siempre que puede, intenta encauzar a los jóvenes deportistas por los valores educativos del deporte. El otro día, después de una de las actuaciones más memorables que yo he visto de un jugador de baloncesto, me refiero al partido semifinal, contra Francia, declaró que la clave de la victoria, había estado en el deseo y el trabajo. El poder mantener ese nivel de hambre por la mejora en lo que haces, a pesar de tener las estanterías llenas de títulos, y la cuenta bancaria más que bien surtida, nos debe servir como ejemplo, cuando nos desanimamos ante las tareas que nos surgen en nuestra vida laboral.
 Puede ser que sintamos cansancio a la hora de afrontar los retos diarios, más aún cuando se trata de los mismos, que a modo de la roca de Sísifo, debemos elevar todos los años. Puede que tengamos menos medios que antes, o estén distribuidos de otra manera, sintiéndonos perjudicados. Pero si Pau Gasol, con una selección con muchas bajas, creyó en el grupo, y mantuvo la ilusión de un junior, nosotros podemos hacer lo mismo. En la mejora diaría, el trabajo es importante, pero yo creo que es la ilusión por mejorar el factor diferencial,  que nos hace mejores profesionales y mejores personas.
Lo mismo ocurre con los alumnos/as, no podemos dejar que pierdan la ilusión por ser personas mejor formadas, deben prepararse  para afrontar los retos que este mundo les va a plantear. A lo mejor esa ilusión está escondida, y no se dan cuenta de que la tienen, debemos entonces, ejercer de líderes del grupo, y llevar a cabo la misma misión que  realiza Gasol en la selección. Puesto que lo difícil, no es mantener tu ilusión, y ya es tarea complicada en sí misma, lo realmente complicado es conseguir, que el grupo que te rodea, se insufle de tu pasión, y convencerles de salvar las adversidades, sabiendo que pueden apoyarse unos en otros, y que al final, si no se relajan en el trabajo, se puede llegar a ser campeón, aunque la mayoría de la gente no crea en tu grupo.
Creo que son valores que debemos enseñar y que debemos asumir, por eso Pau no es solo un referente baloncestístico, creo que también es un referente ciudadano. Raramente los deportistas profesionales de gran calado, entienden que el papel que desempeñan como ejemplo para los más jóvenes es importante, aprovechemos a Pau que ha sabido entenderlo, y que además lo lleva a cabo a la perfección.

jueves, 17 de septiembre de 2015

LA DESAZÓN, EL PEOR ENEMIGO DE LOS EQUIPOS DIRECTIVOS

Las funciones directivas, por definición, acarrean una responsabilidad, y por ende una presión, que no se sufre en los puestos laborales que no deben tomar tantas decisiones. Este exceso de carga, puede venir recompensado de muy diversas formas, o con dinero, o con reconocimiento, o como ocurre en la administración educativa, con la posibilidad de desarrollar una proyecto pedagógico con el que estás, profesionalmente, comprometido.

Puede ser que algún cargo directivo de una escuela, asuma los malos momentos que conlleva, por el plus, puede ser que alguna familia llegue apurada a final de mes, y ese suplemento sea necesario, pero con la cuantía de dicho complemento, no creo que sean muchos los casos.
Todos tenemos nuestro ego, y nos gusta que nos digan que hacemos las cosas bien, pero dentro del magisterio, son muchas más, las veces que el nombre de un cargo directivo circula negativamente, que las que lo hace positivamente. No creo que tampoco sea la motivación mayoritaria. Por eso he afirmado antes, que en la mayoría de los casos, lo que prima, es poder moldear una escuela, según tus principios pedagógicos, luego la motivación creo que es  en la inmensa mayoría de los casos vocacional.

Muchas veces, el cansancio, la falta de resultados, los desencuentros que se producen con los que están trabajando a tu lado, los malentendidos con las familias del colegio, generan una angustia, que te hacen desear volver a las aulas a tiempo completo. Volver a disfrutar de ser maestro, al lado de los niños/as, y obedecer las directrices que se marcan cuando surge algún problema, sin tener que romperte la cabeza en exceso. Por eso digo que un cargo directivo de un centro educativo, no puede perder el contacto con el aula, no puede perder el combustible ilusionante, que supone el contacto con tu verdadera vocación, que la labor de  un directivo escolar no debe convertirse en gestionar, y solo gestionar.
Si no fuera por esos momentos, nos acabaríamos convirtiendo, en verdaderos apagafuegos, transformando la función directiva en la de bomberos de las soluciones conflictivas, conflictos que luego te llevas encima, y que acumulados, los de un día tras otro, llegan a pesar en demasía.
Es difícil volver a recuperar la ilusión cuando empieza a marcharse. Es un ejercicio muy exigente, y difícil de llevar a buen puerto. Al menos en mi caso me consume emocionalmente.
De momento lo he podido superar, aunque conforme pasan los años, la edad no perdona, me cuesta más salir de estos baches, la llamada a dejarse organizar y estar solamente pendiente del devenir de tu clase, cada vez es más fuerte.
Por eso, tengo claro, que si la ilusión por mejorar el colegio, empieza a ser mucho  menor que la de dar clase, no merece la pena seguir en un cargo directivo, puesto que otra persona con más ilusión, generará mejores resultados.
Con esto, quiero decir, que cuando se ocupa un cargo directivo, no podemos verlo, como un puesto para toda la vida, es más sería perjudicial. Si alguien lo ve así, es que lo que busca, es una salida de las aulas, y eso sería un síntoma todavía peor. Si alguna vez tuviese esa tentación, entonces sí tendría serios problemas profesionales. Espero que las personas que conviven conmigo me avisen de ello si no me percato.

lunes, 14 de septiembre de 2015

LAS RELIGIONES NO ENTIENDEN DE HAMBRE

Nuestro colegio es uno de los que más becas de comedor gestionan en la Comunidad Autónoma. Además no gestionamos solamente las que concede el gobierno aragonés, también ponemos a disposición de nuestros alumnos/as, otras que otorgan ONGs, como Ayuda en Acción, Aldeas Infantiles y la Junta de Distrito. Entendemos que es una labor de política social, y además, estamos encantados de gestionarlas.
Pero con bastantes más de cien, nos encontramos con casos muy curiosos.
Hoy mismo, ha acudido una madre de familia, con varios hijos becados, pidiéndonos que no diésemos carne a sus hijos. Le hemos contestado que dentro den los menús que ofrece la empresa, solo hay uno especial para diabéticos, y otro para musulmanes, que hiciese uso de este último. La madre que portaba un velo musulmán, no estaba satisfecha con nuestra respuesta, creo que por la inseguridad de que los animales hayan sido sacrificados según el rito "halal", y nos pedía con insistencia que no diésemos carne a sus hijos, solo pescado y primeros platos. Le hemos contestado, que nosotros, nos ateníamos a los menús facilitados por la empresa, y que si sus hijos hacían uso del comedor escolar, debían comer lo que dicho menú contenía ese día, si eso no le satisfacía siempre podía renunciar al uso del servicio. Efectivamente, nos ha comentado que subía al Servicio Provincial de Educación y que hoy no dejaba a sus hijos a comedor.
Los niños disponen de una beca de comedor, entendemos que si alguien es beneficiario de la misma, es por tratarse de un caso de necesidad, y la necesidad no entiende de ritos religiosos. Si la madre antepone la religión al hambre, podemos encontrarnos ante dos situaciones, la primera que no se trata de un caso de urgente necesidad, y por lo tanto la beca no es tan urgente, la segunda que la sinrazón ha llamado a su puerta.
Podíamos ceder ante su exigencia y dejar que sus niños no comiesen carne, pero ese alimento está pagado, y pagado por todos los contribuyentes, si las convicciones morales o religiosas de alguien le impiden aprovechar una ayuda al ciento por ciento, lo más solidario es renunciar a ella, para que pueda aprovecharla alguien en su totalidad, y más si ya se tienen en cuenta las particularidades religiosas, ofreciendo un menú para musulmanes.
 Ahondando en el tema, deberíamos, por otro lado, dejar que quien no quisiese verdura,  pasta o pescado dejara de comerlo, y el control de la alimentación de los niños, sería inabordable. Enseñar a comer, con una dieta equilibrada,  es una de las labores del comedor escolar.
Conozco a padres/madres que son vegetarianos, no por motivos religiosos, sino por convicciones alimenticias, les vendría fenomenal hacer uso del comedor escolar, pero ni se plantean hacer uso del servicio, aunque les suponga un gasto extra. Podrían realizarnos la misma solicitud y sin embargo ni se les pasa por la cabeza.
Hay que ser tolerantes, creo en ello firmemente, y además es un valor que intentamos, y conseguimos, inculcar en nuestros alumnos/as, pero cuando lo que nos piden, es imponer la religión al hambre de unos menores, tenemos un problema serio, y nos negamos a ceder, sobretodo, si la solución,es solo una cuestión económica, estos niños en su domicilio, pueden disponer del menú que sus padres elijan, pero eso sí, costeándolos ellos, y no el resto de contribuyentes.

jueves, 10 de septiembre de 2015

HERRAMIENTA CALIFICADORA 5

Después de la visita de inspección, donde se nos notificó que estaban trabajando en la reforma de la disposición transitoria sexta, sobre evaluación en E. Primaria en la comunidad aragonesa, nos planteamos el modelo que debíamos seguir.

Creemos que deberemos seguir evaluando por áreas y competencias, aunque no tengamos que reseñar los estándares que están sin superar en las áreas suspensas. Además nuestros criterios de promoción vienen marcados por las notas competenciales, por lo que aunque no tengan que venir reflejadas en el boletín , sin duda, tenemos que tenerlas elaboradas.

Por todo esto decidimos seguir utilizando la herramienta que elaboramos el curso pasado, en su última versión. La ductilidad y plasticidad de la misma, hace que sea útil también en esta forma de evaluación, y si se nos pidiese algo más podemos adaptar nuestro trabajo, así que seguimos trabajando con ella, y se la seguimos ofreciendo a todos aquellos centros que la quieran utilizar. Os dejo aquí el videotutorial.

además su interface, muy parecida al cuaderno del maestro/a de toa la vida, facilita mucho su uso, aunque no se domine la herramienta excel





Os adjunto también el de la versión anterior por si alguien quiere consultarlo,y el del compensatorio que los complementa.

lunes, 7 de septiembre de 2015

TÚ TAMBIEN PUEDES SER UN SUPERHÉROE.

Es una frase que era recurrente en mis clases de Educación para la Ciudadanía. Entre los alumnos que acaban la Educación Primaria, todavía está fresco el deseo de convertirse en un superhéroe, entre estos niños/as y entre muchos adultos, seamos sinceros. El otro día fui al cine, con mi amigo Sergio, a ver los cuatro fantásticos, y dudo si era él quien deseaba serlo, o yo con cincuenta años, tenía más ganas que él.
Pero volvamos a las aulas, decía antes, que es una frase muy recurrente en mis clases, puesto que en realidad, si queremos, podemos serlo. Lo que tenemos que cambiar es el concepto de superhéroe. No tenemos que fijarnos en los personajes de Stan Lee y de la Marvel, debemos fijarnos en las personas que nos rodean. Con el tema de los refugiados de las guerras de Siria y colindantes, que llegan a las fronteras de  Europa, están nombrando en los noticiarios a los verdaderos héroes anónimos, pero los nombran de soslayo, casi sin darles importancia. Son todas aquellas personas que se acercan a confortar en la medida de sus posibilidades, a las personas que están sufriendo los horrores, ya no de la guerra, sino de lo que a mí me parece aún peor, del éxodo. Personas que desde Grecia hasta Alemania, y saltándose cualquier tipo de organización estatal o europea, acuden con lo que tienen, a socorrer a unos congéneres, que hasta hace poco no sospechaban que podrían encontrarse en esa situación. Los verdaderos héroes, no tienen capa de color rojo, no vuelan ni lanzan telas de araña desde la mucheca, en realidad llevan mantas, alimentos y agua, no se les reconoce fácilmente, y sin embargo están a nuestro alrededor.

Pero no hace falta marcharse hasta un conflicto armado para encontrarse a estas superpersonas, aquí a nuestro lado, abundan más de lo que podría parecer en un principio. Desde que empezó esta crisis que padecemos, su número se ha incrementado considerablemente. Son voluntarios que colaboran en multitud de instituciones, para poder facilitar algo la vida a quienes peor lo están pasando. Estos superhéroes nos rodean constantemente, y estos son los que mostraba a los alumnos en mis clases como ejemplos a seguir. Además uno puede ser superhéroe por un instante ayudando a un compañero/a sin pedir nada a cambio, la palabra mágica es compartir.
Los alumnos/as de primero de nuestro colegio, realizaron el curso pasado un proyecto, con los héroes de la Marvel como centro de interés. Iban consiguiendo los emblemas de héroe, hasta acabar con la capa, si superaban retos de la vida diaria. Fue un éxito rotundo, tanto que creo que se podría institucionalizar. Si consideramos, que para poder ser personas excepcionales, debemos realizar actos imposibles, nunca conseguiremos intervenir en la consecución de un mundo mejor. Debemos  entender que nuestro campo de acción está a nuestro lado, y que es muchísimo más amplio de lo que puede parecernos a primera vista. En este sentido, la escuela, a la que cada vez se  carga con más responsabilidades, sí que tiene algo que decir. Nosotros podemos, desde aquí, conseguir formar a muchos superhéroes. Al menos desde E. para la Ciudadanía yo lo intentaba, era mi forma de "adoctrinar".